Valle 16 de Octubre. Trevelin |
Viñas Nant y Fall es una chacra agroturística que brinda a los viajeros una excusa perfecta para conocer el valle andino de Chubut: viñedos patagónicos, cultivo de truchas y un camping para motor home. Inmerso en un paisaje con fondo de cordillera, Viñas Nant y Fall es el proyecto de vida de una familia de origen italiano que llegó a Trevelin empujada por el azar.
Sergio Rodríguez es bonaerense y le gusta esquiar. Conoció Trevelin por casualidad. Un invierno, hace más de una década, el centro invernal que solía frecuentar cada temporada estaba cerrado y fue así que, buscando una alternativa, llegó a La Hoya, en Esquel. De esta manera Sergio conoció Trevelin e inmediatamente se instaló en la comarca, pero la crisis económica del 2001 lo obligó a desistir de su proyecto. Sin embargo, años después, en 2009, Sergio regresó a Trevelin con su familia decidido a quedarse y a trabajar en la creación de Viñas Nant y Fall.
“Cuando llegamos, todo esto era un mosquetal”, dice Sergio, haciendo un gesto con el brazo que pretende abarcar las 4 hectáreas que ocupa la chacra. No es difícil imaginarse el aspecto original de la chacra, andado por la comarca se pueden ver terrenos plagados por la planta de los frutos rojos. “Nos tomó dos años sacar la rosa mosqueta y dejar la tierra en condiciones. Fue duro. Lo hicimos a mano, sin usar una gota de agroquímicos. Hicimos todo a pico y pala”. Mientras Sergio dice esto miro los viñedos y veo a Rodolfo, su padre, que camina empujando una carretilla hacia donde está Emanuel, su hijo, arrodillado en la tierra, plantando un retoño de pinot noir, la única cepa cultivada por ahora.
Un poco más cerca de donde conversamos está la huerta orgánica y los corrales donde se crían conejos, gallinas ponedoras y otras aves para consumo doméstico; y al lado hay otro corral, cercado con alambres, donde hay pilas de leña y dos ovejas que proveen la lana para el telar de Maura, la madre de Sergio.
Durante la charla, Sergio cuenta que, además de esquiador, también es chef. De su pasado por esa profesión rescata su experiencia como cocinero personal del pianista Bruno Gelbert y de todo el staff de giras del músico. Otro trabajo duro.
Será por eso que la cocina de Viñas Nant y Fall se lleva todo el esmero de la familia. Parte de los alimentos que consumen son elaborados de manera casera, orgánica y autosustentable. Pastas, panes, dulces, vinagres y otros productos de consumo doméstico también están a disposición de los visitantes. Incluso si se da la situación, no tienen problemas con compartir su olla con los viajeros. Y tampoco tienen problemas, como ya les ha pasado, en dejarse agasajar por algunos visitantes que insisten en hacerles probar sus comidas típicas. “Son experiencias muy gratificantes”, dice Sergio.
Estas historias se generan a partir de los viajeros que llegan en motor home. Y la idea de ofrecer este servicio en la chacra surgió de su propia experiencia viajando en motor home por Italia, país de origen de su familia. Viñas Nant y Fall destina un área bastante amplia para los que llegan con sus propios vehículos. Son siete parcelas, amplias y arboladas, con servicio de parrilla y electricidad individual, sanitarios, hamacas y separación de residuos. Las parcelas están ubicadas entre los viñedos y el lago de las truchas, enfrente de la casa estilo galés que sirve para guardar herramientas pero también como sala de estar para los visitantes. Si bien la chacra recibe sólo a turistas en motor home, la tranquera nunca se cierra a los que, cada vez con más frecuencia, llegan en bicicleta a disfrutar del valle.
“Nuestro objetivo es enfocarnos en la calidad y no en la cantidad”, dice Sergio cuando explica la apuesta y el volumen de las tres unidades productivas de la chacra: truchas, viñedos y camping para motor home.
Otro objetivo es promover el turismo en la comarca. Confía en que el pinot noir de la primera cosecha, con las características propias del entorno, convertirá a Viñas Nant y Fall en los viñedos más australes de la Patagonia y en una excusa más que buena para que tanto curiosos como entendidos quieran darse una vuelta para probarlo. Y ni hablar si le agregamos las truchas a la degustación. En un futuro no muy lejano, Sergio tiene la idea de poder utilizar las truchas y el lago para ofrecer a los visitantes prácticas de iniciación a la pesca con mosca, pero por ahora eso es sólo una idea.
“Todo lo vamos haciendo de a poco, elegimos hacerlo nosotros mismos por el placer de transformar un lugar por el que no darías nada y convertirlo en algo agradable de ver, que te gratifica hacerlo, y que le gusta a los demás”, dice Sergio explicando la filosofía que impulsa la evolución de la chacra.
En Trevelin y sus alrededores están ansiosos por conocer los resultados de la primera cosecha de pinot noir, y Sergio más que ninguno. Tiene pensado construir una pequeña bodega para elaborar el vino (en realidad, será un espumante) aquí mismo en la chacra. Cree que la primera cosecha será recién dentro de dos años. Pienso en 2016 y luego anoto mentalmente: dos años… Viñas Nant y Fall… Patagonia… Trevelin… regresar…
Pero no hay que esperar tanto para conocer Viñas Nant y Fall, está empezando una temporada ideal para largarse a la Patagonia en motor home. Días soleados en el valle, cerca de la montaña, junto al arroyo y bajo los sauces, conociendo la gente, la historia y los alrededores de la comarca.
Nos despedimos de Sergio y su familia casi en la oscuridad. Subimos al auto todavía saboreando los tés y las tortas caseras que un rato antes nos convidara Maura. En la casa de la familia, al calor de una salamandra y en una mesa larga, con mantel finamente bordado y con tazas y teteras y con platos repletos de tartas deliciosas, tomamos el té y charlamos de todo un poco: clima, turismo, tulipanes, internet, vinos, Argentina.
Es de noche cuando finalmente dejamos el lugar. Bajo la luz de la luna, el arroyo Nant y Fall sigue su curso a través de la chacra rodando entre sauces y piedras. Miro por la ventanilla. Los árboles son siluetas impresas contra el cielo. Pienso en las truchas que duermen en el fondo del lago y luego anoto mentalmente: dos años… Viñas Nant y Fall… Patagonia… Trevelin… regresar…
Más info:
Viñas Nant y Fall está ubicado en Trevelin, a unos 15 kilómetros del centro de la ciudad. Para llegar, hay que salir de Trevelin hacia el sur por la Av. San Martín y luego empalmar con la Ruta259. La chacra se encuentra abierta todo el año.
Para contactar con Sergio pueden visitar la Fan Page de Motor Home Eco Parking
Fuente: http://www.blucansendel.com.ar/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario